Mark Ryden ha nacido en Medford, Oregon. El recibió un BFA en 1987 del Art Center College of Design en Pasadera. Actualmente vive y trabaja en Los Ángeles donde el pinta tranquila y felizmente entre un sinfín de colecciones de baratijas, estatuas, esqueletos, libros, pinturas y juguetes antiguos.
Mark Ryden empezó a ser conocido en los 90 en un tiempo en el que varios artistas, críticos y coleccionistas defendían un retorno del arte de la pintura. Con su refinada técnica y su inquietante contenido, Ryden se convirtió rápidamente en uno de los líderes de este movimiento en la costa Oeste.
En un primer vistazo el trabajo de Ryden parece reflejar la fascinación surrealista del subconsciente y las memorias colectivas. Sin embargo Ryden trasciende las estrategias iniciales surrealistas eligiendo temas cargados con connotaciones culturales. Sus protagonistas sorprenden a la audiencia no necesariamente con su propia singularidad si no con la introducción de temas culturales familiares en situaciones inquietantes.
La audiencia capta primero la belleza de las referencias que hace Ryden a la cultura pop, luego se sorprenden por sus circunstancias, y finalmente son transportados a la intención final del artista; un mundo donde las criaturas hablan desde un lugar de honestidad infantil sobre el estado de la humanidad y nuestras relaciones con nosotros mismos, cualquier otro y nuestro pasado.
Claramente influido por referencias clásicas, el trabajo de Ryden no solo esta inspirado por la historia reciente si no los trabajos de artistas clásicos. El cuenta entre sus influencias a Bosch, Bruegel y Ingres con algunas referencias a Bouguereau y la pintura religiosa italiana y española.

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"Tuve un sueño que no era del todo un sueño.
El brillante sol se apagaba, y los astros
Vagaban apagándose por el espacio eterno,
Sin rayos, sin rutas, y la helada tierra
Oscilaba ciega y oscureciéndose en un cielo sin luna.
La mañana llegó, y se fue, y llegó, y no trajo consigo el día,
Y los hombres olvidaron sus pasiones ante el terror
De esta desolación, y todos los corazones
Se congelaron en una plegaria egoísta por luz,
Y vivieron junto a hogueras, y los tronos,
Los palacios de los reyes coronados, las chozas,
Las viviendas de todas las cosas que habitaban,
Fueron quemadas en los fogones, las ciudades se consumieron,
Y los hombres se reunieron en torno a sus ardientes casas
Para verse de nuevo las caras unos a otros.

Felices eran aquellos que vivían dentro del ojo
De los volcanes, y su antorcha montañosa,
Una temerosa esperanza era todo lo que el mundo contenía;
Se encendió fuego a los bosques, pero hora tras hora
Fueron cayendo y apagándose, y los crujientes troncos
Se extinguieron con un estrépito y todo quedó negro.

Las frentes de los hombres, a la luz sin esperanza
Tenían un aspecto no terreno cuando de pronto
Haces de luz caían sobre ellos; algunos se tendían
Y escondían sus ojos y lloraban; otros descansaban
Sus barbillas en sus manos apretadas y sonreían;
Y otros iban rápido de aquí para allá y alimentaban
Sus pilas funerarias con combustible, y miraban hacia arriba
Suplicando con loca inquietud al sordo cielo,
El sudario de un mundo pasado, y entonces otra vez
Con maldiciones se arrojaban sobre el polvo,
Y rechinaban sus dientes y aullaban; las aves silvestres chillaban
Y, aterrorizadas, revoloteaban sobre el suelo,
Y agitaban sus inútiles alas; los brutos más salvajes
Venían dóciles y trémulos; y las víboras se arrastraron
Y se enroscaron escondiéndose entre la multitud,
Siseando, pero sin picar, y fueron muertas para servir de alimento.
Y la Guerra, que por un momento se había ido,
Se sació otra vez; una comida se compraba
Con sangre, y cada uno se hartó resentido y solo
Atiborrándose en la penumbra: no quedaba amor.
Toda la tierra era un solo pensamiento y ese era la muerte
Inmediata y sin gloria; y el dolor agudo
Del hambre se instaló en todas las entrañas, hombres
Morían y sus huesos no tenían tumba, y tampoco su carne;
El magro por el magro fue devorado,
Y aún los perros asaltaron a sus amos, todos salvo uno,
Y aquel fue fiel a un cadáver, y mantuvo
A raya a las aves y las bestias y los débiles hombres,
Hasta que el hambre se apoderó de ellos, o los muertos que caían
Tentaron sus delgadas quijadas; él no se buscó comida,
Sino que con un gemido piadoso y perpetuo
Y un corto grito desolado, lamiendo la mano
Que no respondió con una caricia, murió.

De a poco la multitud fue muriendo de hambre; pero dos
De una ciudad enorme sobrevivieron,
Y eran enemigos; se encontraron junto
A las agonizantes brasas de un altar
Donde se había apilado una masa de cosas santas
Para un fin impío; hurgaron,
Y temblando revolvieron con sus manos delgadas y esqueléticas
En las débiles cenizas, y sus débiles alientos
Soplaron por un poco de vida, e hicieron una llama
Que era una ridícula; entonces levantaron
Sus ojos al verla palidecer, y observaron
El aspecto del otro, miraron, y gritaron, y murieron.
De puro espanto mutuo murieron,
Sin saber quién era aquel sobre cuya frente
La hambruna había escrito "Enemigo". El mundo estaba vacío,
Lo populoso y lo poderoso era una masa,
Sin estaciones, sin hierba, sin árboles, sin hombres, sin vida;
Una masa de muerte, un caos de dura arcilla.
Los ríos, lagos, y océanos estaban quietos,
Y nada se movía en sus silenciosos abismos;
Los barcos sin marinos yacían pudriéndose en el mar,
Y sus mástiles bajaban poco a poco; cuando caían
Dormían en el abismo sin un vaivén.
Las olas estaban muertas; las mareas estaban en sus tumbas,
Antes ya había expirado su señora la Luna;
Los vientos se marchitaron en el aire estancado,
Y las nubes perecieron; la Oscuridad no necesitaba
De su ayuda... Ella era el universo".


Lord Byron

(Pobre criatura, que vives en soledad
A los hombres aterra tu inmortalidad)
Buscaba en los bosques
Sangre, para vivir
Yo, la bestia al acecho
Y de pronto la vi
Sus cabellos tan negros
Su frágil doncellez
Sus labios como sangre
Su virginal palidez
Pude ver en su alma
Y su pureza sentir
No me quedaron dudas
Que me iba a destruir
(Pobre criatura, que vives en soledad
Sufriendo la condena,de tu inmortalidad)
No sé porqué lo hice
Hacia ella caminé
Me detuve a su lado
Y entonces, le hablé
Recuerdo en su mirada
El brillo de terror
Que encendió mi deseo
Y en mis venas ardor
Su mano delicada
En mi rostro posó
Supe que en su pecho
Algo nuevo nació
(Pobre criatura, que vives en soledad
Déjame que alivie tu inmortalidad)
Me llenaba de espanto
Aquella compasión
Que con tanta dulzura
Quería mi redención
No lo permitiría
Destruiría su juventud
Mancharía por siempre
La flor de su virtud
Me robé su confianza
Comencé la seducción
Sin que se diera cuenta
Desperté su pasión
(Pobre criatura, que vives en soledad
No pidas que renuncie a mi mortalidad)
Al rosa mas blanca
Con placer deshojé
Y al probar su fragancia
En locura me ahogué
Noche tras noche
En ella me perdí
De su carne inocente
Esclavo me volví
Era tanto el poder
De mi niña fatal
Que hubiera dado todo
Para ser un mortal
(Cruel criatura, que me dejas en la soledad
Si regresas, compartiré tu inmortalidad)
Fui arrojado al abismo
Condenado a la oscuridad
A morirme de hambre
Lejos de mi beldad
Me abrí paso en la tierra
No fue la sed que me guió
Sino mis ansias de aquella
Que en bosques me buscó
Al escuchar su llanto
Advertí su cercanía
Y bebí con urgencia
Por ir tras la que era mía
(Pobre criatura, que vivirás en soledad
Ya no estaremos juntos en la inmortalidad)
Eleonora Moribunda



Gotas caen enfureciéndose sobre el asfalto
lágrimas de los dioses,puras y cristalinas
amontonándose en charcos solitarios
y otras precipitándose en furiosos mares calle abajo
tocando las raíces secas de los árboles,
reviviendo sus almas apagadas,


rituales escritos en el libro de hechizos de las brujas ocultas
llaman a los dioses de los truenos,
renaciendo de las cenizas todo lo que toca al pasar

luces brillan en los cielos,
las estrellas han huido junto a la madre luna
y un resplandor eterno muestra su soledad,

el perfume de la corriente río abajo
tan dulce y tan fresco
renuevan mi alma opacada
que rumbo a lamentos estaba predestinada

.....los dioses sepultaron su tristeza
al cerrar la noche,han de recuperar el camino iluminado
y mi alma se sumerge en la oscuridad que siempre la ha acompañado....

Brujita Nathalett

Ella por las noches se transformaba,
pociones y libros la rodeaban
solo las velas la alumbraban
y a sus misteriosos secretos
que solo su alma era testigo
su sombra jugueteaba con las demas
creando extrañas y aterradoras figuras,
el perfume a incienso se impregnaba en lo que tocaba
simbolos adornaban y protegían la habitación
pero ella no estaba sola,
miradas brillaban en la fría oscuridad de aquel rincón
ni sus amuletos detuvieron su destino
y la sangre pura empezó a correr por las paredes
que calladas no hubieron de revelar tal suceso,
y junto a sus secretos quedaron sepultados por la eternidad........

los siglos transcurrieron
y la tierra maldecida empezó a cobrar vida.............
Brujita Nathalett

AL OTRO LADO DEL ESPEJO

Enfrente de un espejo
La mujer que el otro lado domina
Inmersa en una desesperación efímera
Su mirada está oculta entre tinieblas
Su alma ensangrentada en un rincón tiembla

Ella Esta atrapada
Finge no estar preocupada
Aunque la eternidad envejezca con ella

……aún mis dañados recuerdos la retienen
pesadillas evocan su presencia atormentada…..

el espejo, era su sepulcro
por las noches se escondía
y lamentos bailaban con la niebla que atraía
pero una noche la ira y las lágrimas
escribieron un pacto con el rey de las profundidades
la ha encadenado en su refugio
siglos le ha prometido
cuando se evoque con campanas y aullidos
es que el perdón en su alma ha aparecido

profesa las siguientes frases!
El le ha designado
Grite, rasguñe y blasfeme
Que la muerte ya viene!

un silencio se apodera del tiempo………
En su cripta ella descansa
Por los siglos de los siglos……….

Brujita_Nathalett



ella de las profundidades se escapó.......

encerrada y encadenada en un pozo oscuro se encontraba
sus alas negras cubiertas de heridas
agonizaba en las tinieblas sin poder gritar
aborrecía aquel dios que un día había adorado
en las noches plegarias perfumaban su lecho
y maldiciones se arriesgaba a profesar

su aspecto demacrado
moribunda se arrastraba
habiendo perdido las esperanzas
lágrimas desfilaban por su pálido y esquelético rostro
la majestuosa criatura
muchos siglos había sido elogiada por su belleza
ahora repudiada
ni un rastro de su pasado había quedado impregnado

su alma resignada fue cayendo en la perdición
el sepulturero con su campana avisó del fin de aquel ángel caído
en su lápida unas palabras de despedida aparecieron
existiría la rebelión de los ángeles?
o con el olvido se escaparía
como sus cenizas con el viento?

en paz descanse
aquel ángel que se reveló de aquel dios
que siempre la engañó y la abandonó
ahogandola en sus lamentos.....

Brujita Nathalett


Una leyenda que descansaba en el mar, una reliquia antigua que nunca fue contada pero que a su vez nunca fue olvidada. Solo los habitantes de aquel humilde pueblo, sabían de aquel tesoro escondido. Cuando la oscuridad caía las aguas revivían, como si el viento les hubiera lanzado una poción vital, parecían enfurecidas, su ira hacía temblar las noches, y la luna estaba presente de los gritos de las olas.

Cuando el sol se ocultaba, una espesa niebla y una profunda oscuridad arrasaba todo rincón sin tener piedad y con ella era como si todo se inquietara

Y transformara. Las sombras abrazaban lo que se toparan, una absoluta oscuridad era dueña de aquel pueblo. Ráfagas mas violentas iban desfilando, y una ligera ceniza negra iba sepultando los árboles que no habían podido escapar. Las noches pronosticaban lo mismo siglo tras siglo, desde que los visitantes llegaban hasta que sus cenizas se liberaban en aquel mar espectral. Almas naufragaban lamentándose, sacudían la tranquilidad de su amo, los llantos revoloteaban en el viento y sus tormentos atraían las tinieblas. Era así el ritual de las almas en pena, que nunca descansaban.

Dentro de aquella monótona y confusa sociedad, un espíritu se destacaba, era la mas antigua, era tanto dueña del mar como el mar de ella, sus recuerdos se habían perdido hace siglos, ella estaba ya acostumbrada, nunca mas se lamentaba, había sepultado su dolor y venganza en las profundidades de su compañera eterna. Lideraba hasta los limites invisibles, no necesitaba atormentar para descansar plácidamente, mientras que sus iguales como eran almas frescas aún el sufrimiento rociaban su piel incolora. Decidieron revelarse, bañando al mar de color rojo intenso, cerraron así las tinieblas.

Como un telón que baja luego de terminar su espectáculo. Pero ella el alma del mar, poderosa como la luna que iluminaba lo que tocaba, una noche sepultó a cada una de

De su especie con su lápida tallada en el fondo oscuro de su hogar. a llaman el guardián de la noche, y aunque las aguas siguen enfurecidas y las cadenas y gritos siguen rechinando, se dice que detrás del faro sigue esperando……..

Brujita Nathalett