En 1966 comenzó a trabajar como diseñador de interiores. A partir de 1968 Giger se dedicó exclusivamente al arte y sus primeros posters fueron publicados hacia 1969. Durante esa época mantuvo una relación con Li Tobler, con la que grabaría varios cortos. El suicidio de su amada en 1975 marcó para siempre la obra de Giger. Conocido entre el gran público por diseñar y desarrollar junto a Carlo Rambaldi la criatura y algunos escenarios de la película Alien, el octavo pasajero de Ridley Scott (1979, basándose en sus propias obras anteriores, como "Necronomicon V") por la que le concedieron en 1980 el oscar al mejor diseño de escenarios. También participa en la parte estética de otras películas, como Species (Roger Donaldson, 1995) siendo sus trabajos usados en las portadas de muchos libros y discos. Asimismo, ha realizado trabajos para videojuegos como Dark Seed, una aventura gráfica de ambientación lovecraftiana. Posteriormente se presta voluntario como diseñador de Alien 3, ya que James Cameron, reusó de su trabajo para Aliens. También participó en el diseño del lado oscuro de Poltergeist II, quedando bastante desilusionado del tratamiento que se le dio en la película a sus diseños. Giger ha utilizado mayormente el aerógrafo creando imágenes surrealistas y paisajes de pesadilla. Destaca también su mezcla de representaciones de cuerpos humanos mezclados con máquinas, descritas por él como Biomechanical. Estas imágenes contienen un alto grado de fetichismo a la vez que añade simbología sexual un tanto subliminal. En su obra podemos encontrar la influencia de artistas como Erns Fuchs, Jean Cocteau y Salvador Dalí.
El artista suizo falleció el 12 de mayo de 2014, a consecuencia de las lesiones causadas por una caída, según publicó la prensa.

WEB OFICIAL (Clic Aquí)
FACEBOOK (Clic Aquí)




Mary Shelley nació en 1797 y murió en 1851. Era hija de dos pensadores progresistas, William Godwin y Mary Wollstonecraft, quienes establecieron las bases esenciales de su tenacidad intelectual y avanzada educación. Fue compañera y, luego, segunda esposa del poeta Percy Bysshe Shelley, unión que duró 8 años, hasta la muerte de éste en 1822. Fruto de esta convivencia fueron varios embarazos, el vívido recuerdo de una apasionante juventud, y un único hijo, un varón. Escribió novelas y relatos, dos de ellos extraordinarios: Frankenstein, la célebre obra de ciencia ficción, y la novela futurista The last man (El último hombre). Fue, además, editora de las obras de Shelley y contribuyó enormemente, tanto a la comprensión de sus textos como a la historia de la critica biográfico-literaria, de la que fue pionera. El resto de sus días transcurrió en el marco de la vida cotidiana de la primera mitad del siglo XIX y, por diversas que sean las interpretaciones de su obra, forzoso es tener en cuenta la relevancia de los hechos arriba consignados. SPARK, Muriel (1997): Mary Shelley. Barcelona, Lumen. Así comienza la obra que Muriel Spark ha publicado recientemente sobre Mary Shelley. La obra está compuesta por una parte biográfica y otra crítica, en las que Muriel Spark recrea la vida de Mary Shelley y comenta sus obras más destacadas, citando fragmentos del diario que Mary y su marido escribían conjuntamente y otras fuentes que nos aproximan a la interesante vida de esta autora. Además de Frankenstein, Mary Shelley escribió otra novela titulada The Last Man (El último hombre), en la que expone la desintegración sucesiva de la familia, de la sociedad y del ser humano, y la novela histórica Perkin Warbeck. Es autora también de poemas y de una rica obra crítica literaria, de la que es su muestra más destacada la edición de los poemas de su marido Percy Shelley.

Novelas

* Frankenstein, o el Prometeo moderno (1817)

* Valperga (1823)

* El último hombre (1826)

* Perkin Warbeck (1830)

* Lodore (1835)
* Falkner (1837)



Historias cortas

* Mathilda

* The Bride of Modern Italy

* El Sueño
* Ferdinando Eboli

* La Chica Invisible
* El Mortal Inmortal

* Roger Dodsworth:El Ingles Reanimado

* Las hermanas de Albano

* La Transformación

* Valerius:The Reanimated Roman

* Historia de Pasiones
* El Heredero de Mondolfo

Poeta y crítico francés, principal representante de la escuela simbolista. Nació en París el 9 de abril de 1821 y estudió en el Collège Louis-le-Grand. Su infancia y su adolescencia fueron infelices, pues su padre murió cuando tenía sólo seis años. Su madre volvió a casarse y Charles, que odiaba a su padrastro, nunca se lo perdonó. Decididos a poner freno a su carrera literaria, y con la intención de que abandonara sus propósitos, sus padres lo enviaron a la India en 1841. Pero abandonó el barco y regresó a París en 1842, más dispuesto que nunca a dedicarse a la literatura. Con la intención de solucionar sus problemas económicos, empezó a escribir críticas en la prensa nacional. Sus primeras publicaciones importantes fueron dos cuadernillos de crítica de arte, Los salones (1845-1846), en los que analizaba con agudeza las pinturas y los dibujos de artistas contemporáneos franceses como Honoré Daumier, Edouard Manet y Eugène Delacroix. Su primer éxito literario llegó en 1848, cuando aparecieron sus traducciones del escritor estadounidense Edgar Allan Poe. Animado por los resultados, e inspirado por el entusiasmo que en él suscitó la obra de Poe, a quien le unía una fuerte afinidad, Baudelaire continuó traduciendo los relatos de Poe hasta 1857. En 1842 alcanzó la mayoría de edad y heredó la fortuna de su padre, lo que le permitió irse de casa y disfrutar de una vida de lujo. Las grandes sumas de dinero que gastó en su apartamento del Hôtel Lauzun y su estilo de vida decadente le dieron fama de excéntrico, e inmoral y le hicieron endeudarse para el resto de su vida. Durante este periodo de libertad y ocio, Baudelaire fue, sin embargo, enormemente creativo y escribió muchos de sus mejores poemas. La principal obra de Baudeleaire, una recopilación de poemas que lleva por título Las flores del mal, vio la luz en 1857. Inmediatamente después de su publicación, el gobierno francés acusó a Baudelaire de atentar contra la moral pública. A pesar de que la élite literaria francesa salió en defensa del poeta, Baudelaire fue multado y seis de los poemas contenidos en este libro desaparecieron en las ediciones posteriores. La censura no se levantó hasta 1949. Su siguiente obra, Los paraísos artificiales (1860), es un estudio autoanalítico basado en sus propias experiencias e inspirado en las Confesiones de un comedor de opio inglés, del escritor británico Thomas De Quincey. A partir de 1864 y hasta 1866, Baudelaire vivió en Bélgica. En 1867, aquejado de parálisis, regresó a París, donde tras una larga agonía murió el 31 de agosto. Considerado hoy como uno de los mayores poetas de la literatura francesa, Baudelaire poseía un sentido clásico de la forma, una extraordinaria habilidad para encontrar la palabra perfecta y un gran talento musical; escribió algunos de los poemas más bellos e incisivos de la literatura francesa. Su originalidad, que causaba tanto asombro como malestar, le hace merecedor de un lugar al margen de las escuelas literarias dominantes en su época. Su poesía es para algunos la síntesis definitiva del romanticismo, para otros la precursora del simbolismo y para otros, finalmente, la primera expresión de las técnicas modernas. Baudelaire fue un hombre dividido, atraído con idéntica fuerza por lo divino y lo diabólico. Sus poemas hablan del eterno conflicto entre lo ideal y lo sensual, entre el spleen y el ideal. En ellos se describen todas las experiencias humanas, desde las más sublimes hasta las más sórdidas. Entre sus obras destacan, además de las ya citadas Pequeños poemas en prosa, sus diarios íntimos Cohetes, y Mi corazón al desnudo. Todas ellas se publicaron tras la muerte del autor, en 1867.

Obras

  • Salon de 1845 / El Salón de 1845 (1845)
  • Salon de 1846 / El Salón de 1846 (1846)
  • La Fanfarlo (1847)
  • Du vin et du haschisch (1851)
  • Fusées (1851)
  • L'Art romantique (1852) con publicación en 1869.
  • Morale du joujou (1853)
  • Exposition universelle (1855)
  • Les Fleurs du mal / Las flores del mal (1857)
  • Le Poème du haschich (1858)
  • Salon de 1859 / El Salón de 1859 (1859)
  • Les Paradis artificiels / Los paraísos artificiales (1860)
  • La Chevelure (1861)
  • Réflexions sur quelques-uns de mes contemporains (1861)
  • Richard Wagner et Tannhäuser à Paris (1861)
  • Petits poèmes en prose o Le Spleen de Paris / Pequeños poemas en prosa o Spleen de París (1862)
  • Le Peintre de la vie moderne / El Pintor de la vida moderna (1863)
  • L'œuvre et la vie d'Eugène Delacroix (1863)
  • Mon cœur mis à nu (1864)
  • Les Épaves / Los despojos (1866)
  • Curiosités esthétiques / Curiosidades estéticas (1868)
  • Journaux intimes (1851-1862)
Anton Szandor Lavey Nació en Chicago, el 11 de abril de 1930. Hijo de Gertrude Augusta Levey y de Michael Joseph Levey, su verdadero nombre es Howard Stanton Levey, más tarde llamándose Anton Szandor LaVey. Cuando aún estaba en el instituto comenzaron a surgir en él las bases de sus ideales satanistas, como él mismo cuenta, veía a los hombres mirar lujuriosamente a mujeres y bailarinas los sábados por la noche y el domingo por la mañana estaban en la iglesia culpándose y confesándose por sus pecados, actuando como beatos moralistas, la historia se repetía semana tras semana y queria a Dios. Tras terminar el instituto comenzó a dedicarse a diversos trabajos, entre ellos el de prestidigitador y el de pianista en un club en el que una noche la actriz Marilyn Monroe actuaba y con la que Anton LaVey mantuvo una relación. Más tarde se trasladó a San Francisco y fundó la Iglesia de Satán. Fue, según él, su abuela de origen rumano, más concretamente de la región de Transilvania, quien más influyó en su forma de ser contándole innumerables cuentos de vampiros y demonios. LaVey se proclamó Papa Negro por estar al frente y ser fundador de la Iglesia de Satán. Alcanzó mayor fama después de dar a conocer al mundo su iglesia y porque el asesino Charles Manson aseguró ser seguidor suyo. Fue un icono dentro de la cultura pop en Estados Unidos, venerado por cantantes y estrellas de todo tipo y participó en el rodaje de un cortometraje de Kenneth Anger. Algunos de los muchos personajes famosos asociados con su iglesia son la actriz Jayne Mansfield y el cantante Marilyn Manson. Contrario a lo que se piensa, nunca colaboró con el director Roman Polanski en su película La Semilla del Diablo interpretando el papel del Diablo en la escena en la que Rosemary es abusada sexualmente, en realidad, este personaje fue interpretado por el actor Clay Tanner. Fue la inspiración del cantante Marilyn Manson, a quien Anton LaVey nombró Reverendo de la Iglesia de Satán por promover con su música ideas y conceptos afines a su doctrina y además aparece brevemente en el video de la canción Dope Hat. Anton LaVey murió el 29 de Octubre de 1997, en el hospital St. Mary, en San Francisco, Estados Unidos, a causa de un edema pulmonar. Fue llevado a este hospital católico debido a que era el que se encontraba más cerca. El momento de su muerte fue registrado como la mañana de Halloween, pero esto hace posible especular que pudo haber muerto con uno o dos días de diferencia. Se hizo un funeral satanista por invitación en Colma, y su cuerpo fue cremado. Sus cenizas no fueron enterradas, pero fueron eventualmente divididas entre sus herederos como parte de un acuerdo, con la idea de que poseen potenciales poderes ocultistas, y que pueden ser usados en rituales satanistas de magia. Sus hijos probablemente la utilizarian.

Libros
* The Satanic Bible.
* The Complete Witch, or, What to do When Virtue Fails
* The Satanic Rituals
* The Devil's Notebook.
* Satan Speaks!, Introducción de Blanche Barton y prólogo de Marilyn Manson.

En Español

* La Biblia Satánica.(La Biblia Negra)
* Cuadernillo del Diablo

WEB OFICIAL

Una vez, al filo de una lúgubre media noche,
mientras débil y cansado, en tristes reflexiones embebido,
inclinado sobre un viejo y raro libro de olvidada ciencia,
cabeceando, casi dormido,
oyóse de súbito un leve golpe,
como si suavemente tocaran,
tocaran a la puerta de mi cuarto.
“Es —dije musitando— un visitante
tocando quedo a la puerta de mi cuarto.
Eso es todo, y nada más.”

¡Ah! aquel lúcido recuerdo
de un gélido diciembre;
espectros de brasas moribundas
reflejadas en el suelo;
angustia del deseo del nuevo día;
en vano encareciendo a mis libros
dieran tregua a mi dolor.
Dolor por la pérdida de Leonora, la única,
virgen radiante, Leonora por los ángeles llamada.
Aquí ya sin nombre, para siempre.

Y el crujir triste, vago, escalofriante
de la seda de las cortinas rojas
llenábame de fantásticos terrores
jamás antes sentidos. Y ahora aquí, en pie,
acallando el latido de mi corazón,
vuelvo a repetir:
“Es un visitante a la puerta de mi cuarto
queriendo entrar. Algún visitante
que a deshora a mi cuarto quiere entrar.
Eso es todo, y nada más.”

Ahora, mi ánimo cobraba bríos,
y ya sin titubeos:
“Señor —dije— o señora, en verdad vuestro perdón
imploro,
mas el caso es que, adormilado
cuando vinisteis a tocar quedamente,
tan quedo vinisteis a llamar,
a llamar a la puerta de mi cuarto,
que apenas pude creer que os oía.”
Y entonces abrí de par en par la puerta:
Oscuridad, y nada más.

Escrutando hondo en aquella negrura
permanecí largo rato, atónito, temeroso,
dudando, soñando sueños que ningún mortal
se haya atrevido jamás a soñar.
Mas en el silencio insondable la quietud callaba,
y la única palabra ahí proferida
era el balbuceo de un nombre: “¿Leonora?”
Lo pronuncié en un susurro, y el eco
lo devolvió en un murmullo: “¡Leonora!”
Apenas esto fue, y nada más.

Vuelto a mi cuarto, mi alma toda,
toda mi alma abrasándose dentro de mí,
no tardé en oír de nuevo tocar con mayor fuerza.
“Ciertamente —me dije—, ciertamente
algo sucede en la reja de mi ventana.
Dejad, pues, que vea lo que sucede allí,
y así penetrar pueda en el misterio.
Dejad que a mi corazón llegue un momento el silencio,
y así penetrar pueda en el misterio.”
¡Es el viento, y nada más!

De un golpe abrí la puerta,
y con suave batir de alas, entró
un majestuoso cuervo
de los santos días idos.
Sin asomos de reverencia,
ni un instante quedo;
y con aires de gran señor o de gran dama
fue a posarse en el busto de Palas,
sobre el dintel de mi puerta.
Posado, inmóvil, y nada más.

Entonces, este pájaro de ébano
cambió mis tristes fantasías en una sonrisa
con el grave y severo decoro
del aspecto de que se revestía.
“Aun con tu cresta cercenada y mocha —le dije—,
no serás un cobarde,
hórrido cuervo vetusto y amenazador.
Evadido de la ribera nocturna.
¡Dime cuál es tu nombre en la ribera de la Noche Plutónica!”
Y el Cuervo dijo: “Nunca más.”

Cuánto me asombró que pájaro tan desgarbado
pudiera hablar tan claramente;
aunque poco significaba su respuesta.
Poco pertinente era. Pues no podemos
sino concordar en que ningún ser humano
ha sido antes bendecido con la visión de un pájaro
posado sobre el dintel de su puerta,
pájaro o bestia, posado en el busto esculpido
de Palas en el dintel de su puerta
con semejante nombre: “Nunca más.”

Mas el Cuervo, posado solitario en el sereno busto.
las palabras pronunció, como virtiendo
su alma sólo en esas palabras.
Nada más dijo entonces;
no movió ni una pluma.
Y entonces yo me dije, apenas murmurando:
“Otros amigos se han ido antes;
mañana él también me dejará,
como me abandonaron mis esperanzas.”
Y entonces dijo el pájaro: “Nunca más.”

Sobrecogido al romper el silencio
tan idóneas palabras,
“sin duda —pensé—, sin duda lo que dice
es todo lo que sabe, su solo repertorio, aprendido
de un amo infortunado a quien desastre impío
persiguió, acosó sin dar tregua
hasta que su cantinela sólo tuvo un sentido,
hasta que las endechas de su esperanza
llevaron sólo esa carga melancólica
de ‘Nunca, nunca más’.”

Mas el Cuervo arrancó todavía
de mis tristes fantasías una sonrisa;
acerqué un mullido asiento
frente al pájaro, el busto y la puerta;
y entonces, hundiéndome en el terciopelo,
empecé a enlazar una fantasía con otra,
pensando en lo que este ominoso pájaro de antaño,
lo que este torvo, desgarbado, hórrido,
flaco y ominoso pájaro de antaño
quería decir granzando: “Nunca más.”

En esto cavilaba, sentado, sin pronunciar palabra,
frente al ave cuyos ojos, como-tizones encendidos,
quemaban hasta el fondo de mi pecho.
Esto y más, sentado, adivinaba,
con la cabeza reclinada
en el aterciopelado forro del cojín
acariciado por la luz de la lámpara;
en el forro de terciopelo violeta
acariciado por la luz de la lámpara
¡que ella no oprimiría, ¡ay!, nunca más!

Entonces me pareció que el aire
se tornaba más denso, perfumado
por invisible incensario mecido por serafines
cuyas pisadas tintineaban en el piso alfombrado.
“¡Miserable —dije—, tu Dios te ha concedido,
por estos ángeles te ha otorgado una tregua,
tregua de nepente de tus recuerdos de Leonora!
¡Apura, oh, apura este dulce nepente
y olvida a tu ausente Leonora!”
Y el Cuervo dijo: “Nunca más.”

“¡Profeta!” —exclamé—, ¡cosa diabolica!
¡Profeta, sí, seas pájaro o demonio
enviado por el Tentador, o arrojado
por la tempestad a este refugio desolado e impávido,
a esta desértica tierra encantada,
a este hogar hechizado por el horror!
Profeta, dime, en verdad te lo imploro,
¿hay, dime, hay bálsamo en Galaad?
¡Dime, dime, te imploro!”
Y el cuervo dijo: “Nunca más.”

“¡Profeta! —exclamé—, ¡cosa diabólica!
¡Profeta, sí, seas pájaro o demonio!
¡Por ese cielo que se curva sobre nuestras cabezas,
ese Dios que adoramos tú y yo,
dile a esta alma abrumada de penas si en el remoto Edén
tendrá en sus brazos a una santa doncella
llamada por los ángeles Leonora,
tendrá en sus brazos a una rara y radiante virgen
llamada por los ángeles Leonora!”
Y el cuervo dijo: “Nunca más.”

“¡Sea esa palabra nuestra señal de partida
pájaro o espíritu maligno! —le grité presuntuoso.
¡Vuelve a la tempestad, a la ribera de la Noche Plutónica.
No dejes pluma negra alguna, prenda de la mentira
que profirió tu espíritu!
Deja mi soledad intacta.
Abandona el busto del dintel de mi puerta.
Aparta tu pico de mi corazón
y tu figura del dintel de mi puerta.
Y el Cuervo dijo: “Nunca más.”

Y el Cuervo nunca emprendió el vuelo.
Aún sigue posado, aún sigue posado
en el pálido busto de Palas.
en el dintel de la puerta de mi cuarto.
Y sus ojos tienen la apariencia
de los de un demonio que está soñando.
Y la luz de la lámpara que sobre él se derrama
tiende en el suelo su sombra. Y mi alma,
del fondo de esa sombra que flota sobre el suelo,

no podrá liberarse. ¡Nunca más!

Edgar Allan Poe



Sola y moribunda mi alma lamenta
ni un murmullo ni el eco de la caída de una hoja
sola,
vagando por calles desiertas y oscuras
ni los árboles que van acompañando mi pesar se hacen notar
ni una extraña figura humana o inmortal se atreve a acercar
ni mi sombra a mi lado se atreve a caminar

extrañas siluetas mi mente sueña
para no sentirme sola en esta noche otoñal

sigo caminando sin rumbo al cual suspirar
noto a lo lejos algunas almas como la mía vagando por la vida
pero luego solo me doy cuenta que son almas que atadas a ella no han podido escapar

sus cadenas han sido forjadas
y a la vida suplican piedad
la muerte solo las observa
sin poder ayudar a liberarlas

entiendo que son mis iguales
porque a pesar de mi sangre aún circular
mi alma presa aún a de estar.......